No Dualidad
El reconocimiento de la no dualidad es la esencia de algunas de las principales tradiciones espirituales, filosóficas y religiosas.
La no dualidad es una forma aparentemente difícil para definir algo básico: la esencia unitaria e inseparable de la realidad del universo entero, incluidos nosotros mismos, detrás de la multiplicidad y diversidad de la experiencia humana.
La naturaleza de la realidad es pura consciencia que se expresa bajo la forma de seres y objetos aparentemente independientes.
Las antiguas tradiciones espirituales ya intuyeron eso y ha sido confirmado por la física cuántica en la época actual.
La no dualidad es paradójica: es la experiencia sin el experimentador.
Parece solo un concepto filosófico, sin utilidad en la vida cotidiana, pero es exactamente al revés.
Sufrimos porque nos sentimos separados, desconectados, es decir, no reconocidos, amados, valorados o respetados, a veces tampoco por nosotros mismos.
Todo esto que sentimos se basa en lo que nos parece un hecho incuestionable: que somos personas separadas e independientes. En otras palabras, se basa en la existencia del ego.
La dualidad es la fuente última de todo el sufrimiento psicológico.
En consecuencia, reconocer la no dualidad constituye la liberación del sufrimiento.
En el momento en el que nos damos cuenta de que la separación es solo aparente (y que el ego en realidad es solo un pensamiento) todo el castillo del sufrimiento psicológico se rompe en pedazos.
En la India surgieron dos caminos principales hacia la no dualidad: el Advaita Vedanta (una escuela filosófica y religiosa del hinduismo, formalizada en el siglo VIII y con origenes precedentes) y el shivaísmo tántrico de Cachemira (florecido en la India del norte entre los siglos IX y XII , aunque con probables orígenes más antiguos).
El primero considera todo el mundo material como una ilusión. El segundo, al contrario, considera el cuerpo y la vida cotidiana como reales e incluso como el medio mismo para llegar a la liberación.
En este segundo camino se inspira la Vía Directa y la No Dualidad Integral (más información al lado).
Esas dos no son las únicas vías no duales; hay otras como el taoismo, el dzogchen, el zen, el chan, el sufismo, etc.
No Dualidad Integral
La no dualidad integral incluye todos los aspectos de la vida y de la realidad.
La no dualidad integral es el camino hacia el reconocimiento de que no estamos separados, efectuado a través del cuerpo, las sensaciones, las emociones y las relaciones.
Dicho de otra forma, la no dualidad integral es la vía hacia la felicidad a través del cuerpo y de todas las experiencias que vivimos en él.
Es importante destacar que cuando se habla de experiencia no dual no nos referimos solo a la experiencia cumbre, es decir, la vivencia radical de la iluminación (tomar conciencia de la ilusoriedad del ego y de la separación), que es algo que ninguna práctica y ningún recorrido puede garantizar. Cualquier momento de presencia plena en el cuerpo y en las sensaciones, donde la mente racional calla, es una experiencia no dual.
A menudo vivimos el cuerpo como una simple herramienta, una máquina orgánica que nos sirve para cumplir nuestra vida. Esto conlleva una desconexión profunda, fuente de numerosos problemas físicos y psicológicos.
La no dualidad integral es la vía hacia la conexión; es un camino que lleva a establecer una relación de profunda intimidad con la experiencia vital; es hacer el amor con la vida.
En resumen, reconocer lo que somos no es una indagación filosófica, es la vía hacia la felicidad.